Cada ciclo escolar se repiten en la puerta del preescolar dos tipos de escenas. Primero, la que más me gusta: padres felices, emocionados y hasta un poco nerviosos al despedirse de sus pequeños que van por primera vez al kínder. Esta escena gusta mucho porque la familia se despide, los niños corren emocionados a vivir una nueva experiencia y los padres que se quedan en la puerta disfrutando la alegría de su niño. Luego, la segunda escena: niños que lloran y lloran porque no quieren entrar a la escuela y se agarran de donde puedan para no ingresar; junto a ellos, padres tristes, angustiados (principalmente las madres) que sufren junto a sus niños la separación. A veces hay gritos, forcejeos con los niños y la educadora; hasta me han tocado casos en los que el niño gana la batalla y no entra a la escuela.
¿Por qué sucede esto? Si bien puede haber tantas razones como niños y padres hay, existe una que es la más común entre todas: los padres no prepararon a su hijo para esta nueva etapa de vida. Y lo que es aún más grave: no lo están preparando para ser independiente.
Tal vez sea un poco cruel o duro lo que te voy a decir, tal vez te moleste o inclusive te desagrade, pero no podrás decir que miento: No vamos a estar con ellos toda su vida y tampoco podemos, ni debemos estarlo. Por ello, es muy valioso educarlos y capacitarlos para que tomen decisiones correctas cuando estén solos, para que sean capaces de sostenerse a sí mismos y, sobre todo, para que lleguen a ser independientes.
Así que aquí te presento pequeñas y sencillas ideas prácticas para que prepares a tus hijos para ser independientes:
Entre los 2 y 4 años
Entre los 6 y 8
Alimentar una mascota.
Tender la cama y limpiar su dormitorio.
Lavar su plato y cubiertos.
Regar las plantas.
Preparar comidas sencillas o bocadillos.
Practicar un deporte
A partir de los 10 años
Lavar su propia ropa y permitirle vivir las consecuencias por no hacerlo.
Hacer compras acompañado e ir permitiéndole que vaya solo a la tienda cercana a la casa.
Administrar una cantidad pequeña de dinero.
Lavar el baño.
Preparar comida un poco más elaborada.
Usar el teléfono (de todo tipo).
Hacer costuras sencillas.
Después de los 12 años
Viajar sin padres (sí ya sé, esto te aterroriza; las primeras veces que mis hijas viajaron en camión colectivo para ir a la escuela, su padre se iba siguiendo el camión para vigilarlas).
Aprender a hacer todo el aseo de la casa.
Cocinar en parrillas eléctricas, hornos y con fuego.
Primeros auxilios básicos.
Hacer compras llevando un presupuesto.
Lavar y planchar su ropa.
Cuidar de sus hermanos pequeños (sin que se convierta en su niñera, por favor).
Responder por sí mismo en la escuela.
Y bueno, llegará la edad de enseñarle a conducir, cambiar una llanta, terminar una relación, obtener crédito en un banco, quedarse solo en casa… ¡tantas cosas! Todo es valioso e importante y, ¿sabes cuál es la lección que les debe quedar clara y nunca olvidar? Que papá y mamá los aman tanto, que les regalaron el don de la libertad para vivir su propia vida. Créeme, no hay nada que a un padre o madre llene de más orgullo, que saber que su hijo sale adelante por sus propios medios, que no tiene medio al futuro y que es una mujer o un hombre de bien.
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