Remedio para la gripe #1 Consumir a diario alimentos ricos en vitamina C como las frutas cítricas (naranja, toronja, etc), kiwi y fresas.
Remedio para la gripe #2 Verter 1 cucharada de equinácea en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar una taza diaria por un mes y luego descansar unos días y repetir 30 días más. La equinácea aumenta la producción de glóbulos blancos y su actividad “defensora”. Este remedio se debe evitar durante el embarazo y la lactancia.
Remedio para la gripe #3: Hervir 1 cucharada de saúco en una taza de agua por 5 minutos. Retirar del fuego y dejar refrescar. Tomar una taza. Este remedio, por una parte, disminuye los síntomas gripales, pero también actúa de forma preventiva.Remedio para la gripe #4: Tomar 1 cucharada de aceite de hígado de tiburón a diario, ya que es un buen reforzante principalmente algunas personas con enfermedad crónica ya que puede aumentar la actividad de los glóbulos blancos gracias a unas sustancias llamadas alkylgliceroles.
Remedio para la gripe #5: Se añade 1/2 cucharada de polvo de guindillas en I copa de agua. Se pone a baño de María durante 10 minutos, se cuela y luego se diluye 1 cucharada de esta infusión en I taza de agua. Se bebe, a pequeños sorbos, para aliviar el dolor de garganta causado la gripe.
Remedio para la gripe #6: Mezclar bien 2 cucharadas de acerola con 1 cucharada de cáscara de naranja. Luego, se agrega 1 cucharadita de esta mezcla a 1 taza de agua qu esté hirviendo. Dejar reposar, colar y tomar 1 taza media hora antes del almuerzo. Este remedio ayuda a reforzar el sistema inmunológico para que pueda combatir y eliminar la gripe
Remedio para la gripe #7 Se colocan 10 gotas de aceite esencial de eucalipto en un recipiente con agua pura, casi hirviendo, y se respira el vaho de manera profunda durante unos 15 minutos. Este remedio se emplea cuando existe congestión nasal durante la gripe para poder respirar mejor.
Recomendaciones
Desinfectar el hogar con lavandina al 10% (una taza de lavandina pura, que es el cloro doméstico, diluida en 5 litros de agua), con alcohol de 70° o con alcohol en gel, que se puede adquirir en algunas farmacias. Sin embargo, hay que recordar que todos estos productos son irritantes e inflamables y que hay que usarlos con control y cautela.
Lavar las manos con frecuencia. Es posible que a lo largo del día toques superficies o contactes físicamente con alguien que (a pesar de no mostrar señales) se encuentra incubando la enfermedad. Puesto que el virus necesita entrar en contacto con una mucosa (nariz, oídos, ojos o boca) para reproducirse, evita tocarte la cara con las manos.
No compartir vasos, platos, cubiertos ni complementos de aseo. Es preferible que cada miembro de la familia tenga sus propios utensilios (incluso toallas) para evitar que la saliva infectada llegue a la persona sana.
Evitar trasnochar e intentar dormir las 7 u 8 horas de rigor.
Incluir alimentos muy vitamínicos en la dieta (zanahoria, papaya, naranja, mandarina, limón y piña) y cocinarlo poco para que mantengan sus propiedades.
Mantener las mucosas en buen estado En ello influye el tipo de alimentación (que se incluyan alimentos ricos en vitaminas A y E), pero también evitar factores que puedan irritarlas, como los cambios bruscos de temperatura, los olores extremadamente fuertes o también las corrientes de aire,
Vacunarse En principio, se recomienda que lo hagan las personas con enfermedades crónicas, inmunodeprimidas, personal de servicios médicos y cuerpos de seguridad.
Es importante observar que esta vacuna no protege de inmediato. Una vez inoculado en el organismo el virus desactivado, el cuerpo necesita unas dos semanas para crear las defensas y la inmunización necesaria. Por eso, puede darse el caso de que alguien que se ha vacunado se infecte y tenga en ese periodo de tiempo los mismos síntomas que otro no vacunado.
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